jueves, 14 de febrero de 2013

Notas nº20 La caída de un sueño


No comprendo absolutamente nada de lo que hay a mi alrededor, no entiendo por qué todo se está desmoronando. Solo hay gritos y desesperación, manos extendidas clamando ayuda a personas que no pueden ni caminar en estos momentos, no entiendo por qué tanto dolor, por qué tanta destrucción.

Con los años que costaron levantar aquella ciudad y ahora todos fueron exiliados por una tormenta que lloraba enfurecida y a su paso dejo el suelo lleno de huellas negras y silencio, un silencio tenso, un silencio de juicio.

Desolada en el trono la reina maquilla las marcas de su cuerpo, esas rojas marcas lineales que solo los cobardes y pecadores saben hacer. Mientras, el rey contempla lo deformado que quedó su cuerpo tras dejar que el monstruo de la ira le posea, aquel hermoso cuerpo del que estaba tan orgulloso.

La tormenta no tardará en derribar el castillo y cuando caiga la ciudad será dividida en dos de manera desigual. Pero ya nadie quedará para recordar los tiempos de paz.

Porque los que recordemos aquellos tiempos nos volveremos locos.

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