martes, 6 de abril de 2010

Notas caóticas de un piano, 5 violines y una flauta en el teatro del sino

Como notas de una caótica melodía suenan estas palabras en mi mente, una detrás de otra en un ritmo diabólicamente acelerado y complejamente hermoso; Haciendo a mis desdos deslizarse por el teclado como si de un piano se tratara, un solo de piano por ahora mientras poco a poco se empiezan a introducir violines a esta obra,  justo cuando el ritmo parecía adelantarse a mis dedos, ralentizo el ritmo pero el caos perdura, como una danza de la época victoriana, tan cerca y a la vez tan lejos, dando una vuelta tras otra, miradas que se cruzan, sonrisas encantadoras que ocultan sentimientos...unos puros y sinceros, radiantes y duraderos en ocasiones y también graduales...otros oscuros y perversos, momentaneos pero intensos, podrían nublar la razón del más río y calculador del mundo.

Pero eso son notas ocultas e invisibles que no se captan a la primera, debes de escucharla varias veces y prestar atención a cada cambio, como ahora, que suena tímidamente una flauta cuo sonido se alza al ritmo que el piano se baja y los violines van silenciandoe uno a uno hasta que solo queda uno de acompañamiento.

Con este agudo y envolventemnte mágico sonido me pregunto ¿Qué sacariamos en claro? Por qué nos ocultamos tras máscaras, unas sonrientes, para brillar entre todos, otras tristes para que se acerquen a nosotros, otras exentricas para llamar la atención puesto que sin ella no se es más que alguien normal...

Tal vez esté luchando por quitarme esta máscaraque la sociedad nos impone, pero...¿Cual es mi papel? ¿Cual es tú papel? ¿Quién escribe el guión? ¿Y qué hay de malo en la improvisación si no conocemos al director? Es todo tan confuso, la gente corre de un lado a otro entre bastidores, los camerinos son pocos y mal repartidos...

Se suman violines pero no en un tono tan dulce ¿No?

...Los actores se pelen por destacar en el escenario, viejas divas que le hacen la zancadilla a jóvenes inocentes, o no tan inocentes que no conocen otra cosa en la vida que mantener su sonrisa y continuar el show, tras kilos de polvos que hacen parecer a sus rostros los de lindas muñecas de porcelana, pero pocos se dignan a reconocer que son otras chicas con sus problemas y sentimientos y no solo los títeres del gran director de esta obra agridulce, tan agridulce como las manos que siguen componiendo esta melodía, pero el piano vuelve tocar, majestuoso, como siempre, añadiendo un caos que resulta hermoso incluso, porque en el fondo todo tiene su orden, lo que pasa es que es una manera de ordenar las cosas que pocos entienden, pero vuelven a deslizarse rápidos mis dedos y siento que nada pueda pararme pues pronto esta melodía se acabará, volviendo a sonar como empezó como si rememorasemos su comienzo pero con un tono más lento, pero ya llegó su impresionante final volviendo a cobrar fuerza, este es su fin y con el fin me despediré hasta mañana, sin arrepentirme de dejar salir a todas las palabras que resuenan en la mente de quien compone esta melodía inversa, pues no quiero que olvides nunca que...

El único compositor de la obra eres tú.

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